E portafolio de Arleth
miércoles, 7 de octubre de 2015
martes, 6 de octubre de 2015
Matematicas
El señor Benítez tiene u terreno de forma triangular (triangulo rectángulo) cuyas medidas son 10 Y 15 metros para los catetos, desea cercar el terreno con block a una altura de 2 metros. Si cada metro cuadrado de block se utiliza 13 piezas ¿Cuantas piezas de block necesita el Señor Benítez para circular el terreno?
c²= a²+b²
c²= √a²+b²
c²= √15²+10²
c²= √225+100
c²= √325
c²= 18.02
15*13 = 195*2 = 390
10*13 = 130*2= 260
18.02*13 = 234.36*2 = 468.72
Perímetro: 15+10+18.02 = 43.02
43.02*13 = 559.26*2 = 1118.52
Para instalar una antena parabólica se utiliza un poste sujeto por dos cables , formando un angulo recto por la parte superior, si cada un de los cables mide 8 metros y la distancia entre ellos es de 10metros ¿Cuál es la medida del poste?
8m 8m
a²= c²- b²
a²= √c²- b²
5m 10m a²= √8² - 5²
a= √64 - 25
a= √39
a= 6.2
Un terreno de forma rectangular tiene de largo 3 metros más que el ancho y una de sus diagonales mide 8metros más que el ancho al final determinar el perímetro el terreno y de su área.
x-3
x x
x-3
c² = a²+b² x= -10+17.8/-2 = -27.8/2
(x+8)² = (x+3)² + x² x1 = -3.9
x²+16x+64 = x²+6x+9+x² x2 = 13.9
x²+16x+64+x²-6x-9-x² 13.9+3= 16.9
x²+10x+55 = 0 P=13.9+13.9+16.9+16.9=61.6
X = -(10)±√(10)²-4(-1)(55)/2 A=13.9*16.9= 234.91
X=-10±√100+220/-2
X=-10±√320/-2
X=-10±17.8
Calcular el perímetro de un triángulo cuyas coordenadas de punto A son (6,2) del punto B (8,1) del punto C (9,7).
(8,1) d= √(x²-x¹)²+(y²-y¹)²
d= √(8-6)²+(2-1)²
d= √2²+1²
d= √4+1
d= √5
d= 2.2
(9,7) (6,2)
d=√(6-9)²+(2-7)² d= √(8-9)²+(7-1)² 2.2+5.8+6.0=14
d= √3²+5² d= √1²+6²
d= √9+25 d= √1+36
d= √34 d= √37
d= 5.8 d= 6.0
Un faro que se encuentran a 50m sobre el nivel del mar tiene en su parte superior un telescopio de 1.20m de altura y se alcanza a visualizar desde dicho telescopio un barco que esta a una distancia de 110m. Calcular la altura del faro sabiendo que el barco esta a 87.84m del faro.
Un faro que se encuentran a 50m sobre el nivel del mar tiene en su parte superior un telescopio de 1.20m de altura y se alcanza a visualizar desde dicho telescopio un barco que esta a una distancia de 110m. Calcular la altura del faro sabiendo que el barco esta a 87.84m del faro.
1.20m
110m
50m
H = √110²- 87.84
H= √12100 – 7715.8
H= √4384.2
H= 66.2
66.2 – 50 = 16.2 – 1.2 = 15.0
Una persona de 1.60 de estatura se encuentra situada a 25m de un edificio en la parte más alta de este se encuentra una bandera la distancia que hay de la punta de la bandera a los ojos de la persona es de 48m determinada la altura del edificio sabiendo que la bandera mide 2.50m.
Español
Escuela: Telesecundaria 070
Alumna: Arleth Vargas Vargas
Maestro: Alfonso Pérez Pérez
Materia: Español
Título: Antología Poética
Grado: 3
Grupo: ’’B’’
Fecha: 20-11-15
Prologo
---------------------------------------------------------------------------------
4
Dedicatoria-----------------------------------------------------------------------------5
Biografía--------------------------------------------------------------------------------
6
Soneto-----------------------------------------------------------------------------------7
Detente Sombra----------------------------------------------------------------------
8
Laberinto endecasílabo-------------------------------------------------------------9
Romance------------------------------------------------------------------------------10
Este amoroso tormento------------------------------------------------------------11
Dime, vencedor rapaz-------------------------------------------------------------
12
El paje os dirá, discreto------------------------------------------------------------13
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba --------------------------------------
14
Yo no puedo tenerte, ni dejarte--------------------------------------------------15
Amado dueño mío------------------------------------------------------------------
16
Discreta y hermosa-----------------------------------------------------------------17
Acróstico-------------------------------------------------------------------------------18
Hombres necios que acusáis----------------------------------------------------19
Esta tarde, mi bien, cuando
te hablaba --------------------------------------27
Prosigue el mismo asunto, y determina que
prevalezca la razón contra el gusto. -------------------------------------------------------------------------------33
Quéjese de la suerte: insinúa su aversión a los
vicios, y justifica su divertimiento a las Musas. -------------------------------------------------------35
Procura desmentir los elogios que a un retrato de
la Poetisa inscribió la verdad, que llama pasión.-----------------------------------------------------39
Comentario---------------------------------------------------------------------------44
En esta antología encontraras diversos poemas y sonetos
de Sor Juna Inés de la Cruz ya que igual se encuentran todas las formas y
recursos que existían en su momento, ya que en ella los domino todos: romance,
endechas, redondillas, sonetos, liras, decimas, villancicos, hipérbaton,
hipérbole, antítesis, juego de palabras, paradojas.
Los temas también fueron variados y así tenemos poemas
religiosos, amorosos, cívicos, de compromiso y filosóficos.
Esta antología fue creada con el propósito de transmitir,
de imaginar cómo eran las cosas en ese tiempo, de modo que solo nos queda
invitar a descubrir la variedad de su voz poética y que cambie su forma de
pensar y la forma de ver las cosas en el mundo.
Esta
antología esta dedicada
A mi
mama, a mis hermanos
Y a
todos aquellos familiares
Y
amigos que me han apoyado
En
momentos difíciles.
Sor
Juana Inés de la Cruz
Sor Juana
Inés
de la Cruz nació en un pueblo de México en 1651 y falleció en la capital
de dicho país en 1695. Se destacó como una de las escritoras mexicanas más
reconocidas del siglo XVII.
Se dice que con tan sólo tres años ya sabía leer y escribir con una facilidad inaudita. Estas capacidades la llevaron a codearse con los más altos jefes de la corte del Virreinato de España y, pese a ello, a los 16 años ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de México y más tarde en la Orden de San Jerónimo, donde permaneció siempre.
No era una devota religiosa, en realidad su inclinación por la ordenación, estuvo relacionada con el deseo de no perder sus aficiones intelectuales, de impedir que se la convirtiera (como a todas las mujeres de su época) en una esclava del sexo opuesto, en una mártir de la cocina y las tareas de la casa.
Se dice que con tan sólo tres años ya sabía leer y escribir con una facilidad inaudita. Estas capacidades la llevaron a codearse con los más altos jefes de la corte del Virreinato de España y, pese a ello, a los 16 años ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de México y más tarde en la Orden de San Jerónimo, donde permaneció siempre.
No era una devota religiosa, en realidad su inclinación por la ordenación, estuvo relacionada con el deseo de no perder sus aficiones intelectuales, de impedir que se la convirtiera (como a todas las mujeres de su época) en una esclava del sexo opuesto, en una mártir de la cocina y las tareas de la casa.
Un
soneto es una composición poética de origen italiano que consta de 14 versos endeca sílabos consonantes. Se divide en cuatro
estrofas: los primeros ocho versos en dos cuartetos y los últimos seis en dos
tercetos. La rima de los cuartetos puede ser ABBA-ABBA o ABAB-ABAB. La rima de
los tercetos puede varía aún más, pero las combinaciones más comunes son
CDC-DCD y CDE-CDE. En el soneto clásico generalmente el tema se enuncia en los
cuartetos y la solución aparece en los tercetos.
DETENTE SOMBRA
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
Amante, —caro, —dulce esposo mío,
festivo y—pronto—tus felices años
alegre—canta—sólo mi cariño,
dichoso—porque—puede celebrarlos.
Ofrendas—finas—a tu obsequio sean
amantes—señas—de fino holocausto,
al pecho—rica—mi corazón, joya,
al cuello—dulces—cadenas mis brazos.
Te enlacen—firmes, —pues mi amor no ignora,
ufano—siempre, —que son a tu agrado
voluntad—y ojos—las mejores joyas,
aceptas—solas, —las de mis halagos.
No altivas—sirvan, —no, en demostraciones
de ilustres—fiestas, —de altos aparatos,
lucidas—danzas, —célebres festines,
costosas—galas—de regios saraos.
festivo y—pronto—tus felices años
alegre—canta—sólo mi cariño,
dichoso—porque—puede celebrarlos.
Ofrendas—finas—a tu obsequio sean
amantes—señas—de fino holocausto,
al pecho—rica—mi corazón, joya,
al cuello—dulces—cadenas mis brazos.
Te enlacen—firmes, —pues mi amor no ignora,
ufano—siempre, —que son a tu agrado
voluntad—y ojos—las mejores joyas,
aceptas—solas, —las de mis halagos.
No altivas—sirvan, —no, en demostraciones
de ilustres—fiestas, —de altos aparatos,
lucidas—danzas, —célebres festines,
costosas—galas—de regios saraos.
Afuera,
afuera, ansias mías;
no el respeto os embarace:
que es lisonja de la pena
perder el miedo a los males.
Salgan signos a la boca
de lo que el corazón arde,
que nadie, nadie creerá el incendio
si el humo no da señales.
El que su cuidado estima,
sus sentimientos no calle;
que no es muy valiente el preso
que no quebranta la cárcel.
Afuera, afuera ansias mías;
no el respeto os embarace:
que nadie, nadie creerá el incendio
si el humo no da señales.
Salgan signos a la boca
de lo que el corazón arde,
que no es muy valiente el preso
que no quebranta la cárcel.
no el respeto os embarace:
que es lisonja de la pena
perder el miedo a los males.
Salgan signos a la boca
de lo que el corazón arde,
que nadie, nadie creerá el incendio
si el humo no da señales.
El que su cuidado estima,
sus sentimientos no calle;
que no es muy valiente el preso
que no quebranta la cárcel.
Afuera, afuera ansias mías;
no el respeto os embarace:
que nadie, nadie creerá el incendio
si el humo no da señales.
Salgan signos a la boca
de lo que el corazón arde,
que no es muy valiente el preso
que no quebranta la cárcel.
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
sé que lo siento, y no sé
la causa por que lo siento.
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y para en melancolía.
Y cuando con más terneza
mi infeliz estado lloro,
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece
después de tanto desvelo,
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
que en mi corazón se ve,
sé que lo siento, y no sé
la causa por que lo siento.
Siento una grave agonía
por lograr un devaneo
que empieza como deseo
y para en melancolía.
Y cuando con más terneza
mi infeliz estado lloro,
sé que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.
Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.
Porque si acaso se ofrece
después de tanto desvelo,
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.
Dime vencedor Rapaz,
vencido de mi constancia,
¿Qué ha sacado tu arrogancia
de alterar mi firme paz?
Que aunque de vencer capaz
es la punta de tu arpón,
¿qué importa el tiro violento,
si a pesar del vencimiento
queda viva la razón?
vencido de mi constancia,
¿Qué ha sacado tu arrogancia
de alterar mi firme paz?
Que aunque de vencer capaz
es la punta de tu arpón,
¿qué importa el tiro violento,
si a pesar del vencimiento
queda viva la razón?
Tienes grande
señorío;
pero tu jurisdicción
domina la inclinación,
mas no pasa el albedrío.
Y así librarme confío
de tu loco atrevimiento,
pues aunque rendida siento
y presa la libertad,
se rinde la voluntad
pero no el consentimiento.
pero tu jurisdicción
domina la inclinación,
mas no pasa el albedrío.
Y así librarme confío
de tu loco atrevimiento,
pues aunque rendida siento
y presa la libertad,
se rinde la voluntad
pero no el consentimiento.
El paje os dirá, discreto,
como, luego que leí,
vuestro secreto rompí
por no romper el secreto.
Y aun hice más, os prometo:
los fragmentos, sin desdén,
del papel, tragué también;
que secretos que venero,
aun en pedazos no quiero
que fuera del pecho estén.
como, luego que leí,
vuestro secreto rompí
por no romper el secreto.
Y aun hice más, os prometo:
los fragmentos, sin desdén,
del papel, tragué también;
que secretos que venero,
aun en pedazos no quiero
que fuera del pecho estén.
Esta tarde, mí bien,
cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste:
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste:
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Yo no puedo tenerte ni dejarte,
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos sí sé qué para olvidarte.
Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte
aunque la otra mitad se incline a amarte.
Si ello es fuerza querernos, haya modo,
que es morir el estar siempre riñendo:
no se hable más en celo y en sospecha,
y quien da la mitad, no quiera el todo;
y cuando me la estás allá haciendo,
sabe que estoy haciendo la deshecha.
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos sí sé qué para olvidarte.
Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte
aunque la otra mitad se incline a amarte.
Si ello es fuerza querernos, haya modo,
que es morir el estar siempre riñendo:
no se hable más en celo y en sospecha,
y quien da la mitad, no quiera el todo;
y cuando me la estás allá haciendo,
sabe que estoy haciendo la deshecha.
Amado dueño mío,
Escucha un rato mis cansadas quejas,
Pues del viento las fío,
Que breve las conduzca a tus orejas,
Si no se desvanece el triste acento
Como mis esperanzas en el viento.
Óyeme con los ojos,
Ya que están tan distantes los oídos,
Y de ausentes enojos
En ecos de mi pluma mis gemidos;
Y ya que a ti no llega mi voz ruda,
Óyeme sordo, pues me quejo muda.
Si del campo te agradas,
Goza de sus frescuras venturosas
Sin que aquestas cansadas
Lágrimas te detengan enfadosas;
Que en él verás, si atento te entretienes
Ejemplo de mis males y mis bienes.
Escucha un rato mis cansadas quejas,
Pues del viento las fío,
Que breve las conduzca a tus orejas,
Si no se desvanece el triste acento
Como mis esperanzas en el viento.
Óyeme con los ojos,
Ya que están tan distantes los oídos,
Y de ausentes enojos
En ecos de mi pluma mis gemidos;
Y ya que a ti no llega mi voz ruda,
Óyeme sordo, pues me quejo muda.
Si del campo te agradas,
Goza de sus frescuras venturosas
Sin que aquestas cansadas
Lágrimas te detengan enfadosas;
Que en él verás, si atento te entretienes
Ejemplo de mis males y mis bienes.
Discreta y hermosa,
Soberana Lysi,
En quien la belleza
E ingenio compiten
¿Bella una vez sola?
¡Oh que poco dije!
Discreta mil veces,
Bella otros mil miles.
No es esto alarmante,
Son aun de la fama
Roncos los clarines.
Ni hacer lisonjas
A nadie es posible,
Pues ninguna hay que
Tú no verifiques.
Porque ¿Qué alabanza
Puedo yo decirte
Que no halle verdad el que la averigüe?
Máquinas primas de su
ingenio agudo
A Arquímedes, artífice famoso,
Raro nombre dieron de ingenioso;
¡Tanto el afán y tanto el arte pudo!
Invención rara, que en el mármol rudo
No sin arte grabó, maravilloso,
De su mano, su nombre prodigioso,
Entretejido en flores el escudo.
¡Oh! Así permita el Cielo que se entregue
Lince tal mi atención en imitarte,
I en el mar de la ciencia así se anegue
Vajel, que -al discurrir por alcanzarte-
Alcance que el que a ver la hechura llegue,
Sepa tu nombre del primor del Arte.
A Arquímedes, artífice famoso,
Raro nombre dieron de ingenioso;
¡Tanto el afán y tanto el arte pudo!
Invención rara, que en el mármol rudo
No sin arte grabó, maravilloso,
De su mano, su nombre prodigioso,
Entretejido en flores el escudo.
¡Oh! Así permita el Cielo que se entregue
Lince tal mi atención en imitarte,
I en el mar de la ciencia así se anegue
Vajel, que -al discurrir por alcanzarte-
Alcance que el que a ver la hechura llegue,
Sepa tu nombre del primor del Arte.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Más entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Más entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Finjamos que soy
feliz,
triste pensamiento, un rato;
quizá prodréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,
que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.
Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.
Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es negro
el otro prueba que es blanco.
A unos sirve de atractivo
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.
El que está triste, censura
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.
Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.
Célebre su oposición
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta ágora averiguado.
Antes, en sus dos banderas
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.
triste pensamiento, un rato;
quizá prodréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,
que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.
Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.
Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es negro
el otro prueba que es blanco.
A unos sirve de atractivo
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.
El que está triste, censura
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.
Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.
Célebre su oposición
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta ágora averiguado.
Antes, en sus dos banderas
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.
Mientras
la gracia me excita
por elevarse a la esfera,
más me abate a lo profundo
el peso de mis miserias.
La virtud y la costumbre
en el corazón pelean
y el corazón agoniza
en tanto que lidian ellas.
Y aunque es la virtud tan fuerte,
temo que tal vez la venzan.
Que es muy grande la costumbre
y está la virtud muy tierna.
Obscuréceme el discurso
entre confusas tinieblas
pues ¿quién podrá darme luz
si está la razón a ciegas?
De mí misma soy verdugo
y soy cárcel de mí misma.
¿Quién vio que pena y penante
una propia cosa sean?
Hago disgusto a lo mismo
que más agradar quisiera;
y del disgusto que doy,
en mí resulta la pena.
Amo a Dios y siento en Dios,
y hace mi voluntad misma
de lo que es alivio, cruz;
del mismo puerto, tormenta.
Padezca, pues Dios lo manda,
más de tal manera sea
que si son penas las culpas,
que no sean culpas las penas.
por elevarse a la esfera,
más me abate a lo profundo
el peso de mis miserias.
La virtud y la costumbre
en el corazón pelean
y el corazón agoniza
en tanto que lidian ellas.
Y aunque es la virtud tan fuerte,
temo que tal vez la venzan.
Que es muy grande la costumbre
y está la virtud muy tierna.
Obscuréceme el discurso
entre confusas tinieblas
pues ¿quién podrá darme luz
si está la razón a ciegas?
De mí misma soy verdugo
y soy cárcel de mí misma.
¿Quién vio que pena y penante
una propia cosa sean?
Hago disgusto a lo mismo
que más agradar quisiera;
y del disgusto que doy,
en mí resulta la pena.
Amo a Dios y siento en Dios,
y hace mi voluntad misma
de lo que es alivio, cruz;
del mismo puerto, tormenta.
Padezca, pues Dios lo manda,
más de tal manera sea
que si son penas las culpas,
que no sean culpas las penas.
Ya,
desengaño mío,
llegasteis al extremo
que pudo en vuestro ser
verificar el serlo.
Todo lo habéis perdido:
más no todo, pues creo
que aun a costa es de todo
barato el escarmiento.
No envidiaréis de amor
los gustos lisonjeros,
que está un escarmentado
muy remoto el riesgo.
El no esperar alguno
me sirve de consuelo,
que también es alivio
el no buscar remedio.
En la pérdida misma
los alivios encuentro,
pues si perdí el tesoro
también se perdió el miedo.
No tener qué perder
me sirve de sosiego,
que no teme ladrones
desnudo el pasajero.
Ni aun la libertad misma
tenerla por bien quiero,
que luego será daño
si por tal poseo.
No quiero más cuidados
de bienes tan inciertos,
sino tener el alma
como que no la tengo.
llegasteis al extremo
que pudo en vuestro ser
verificar el serlo.
Todo lo habéis perdido:
más no todo, pues creo
que aun a costa es de todo
barato el escarmiento.
No envidiaréis de amor
los gustos lisonjeros,
que está un escarmentado
muy remoto el riesgo.
El no esperar alguno
me sirve de consuelo,
que también es alivio
el no buscar remedio.
En la pérdida misma
los alivios encuentro,
pues si perdí el tesoro
también se perdió el miedo.
No tener qué perder
me sirve de sosiego,
que no teme ladrones
desnudo el pasajero.
Ni aun la libertad misma
tenerla por bien quiero,
que luego será daño
si por tal poseo.
No quiero más cuidados
de bienes tan inciertos,
sino tener el alma
como que no la tengo.
En vano tu canto suena:
Pues no advierte, en su desdicha,
Que será el fin de tu dicha
El principio de tu pena.
El loco orgullo refrena,
De qué tan ufano estás
Sin advertir, cuando das
Cuenta al aire de tus bienes,
Que, si ahora dicha tienes,
Presto celos llorarás.
En lo dulce de tu canto,
El justo temor te avisa
Que en un amante no hay risa
Que no se altere con llanto.
Note desvanezca tanto
El favor: que te hallarás
Burlado y conocerás
Cuánto es necio un confiado;
Que, si hoy blasonas de amado,
Presto celos llorarás.
Advierte que el mismo estado
Que el amante venturoso
Lo constituye dichoso,
Le amenaza desdichado,
Pues le da tan alto grado
Por derribarlo, no más;
Y así tú, que ahora estas
En tal altura, no ignores
Que, si hoy ostentas favores,
Presto celos llorarás.
Este que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una
necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
¿Tan
grande, ¡ay, hado!, mi delito ha sido
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?
Tan severo en mi contra has procedido,
que me persuado de tu duro intento,
a que sólo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.
Dísteme aplausos para más baldones,
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones
penas a mi desdicha desiguales
porque viéndote rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.
que por castigo de él o por tormento
no basta el que adelanta el pensamiento
sino el que le previenes al oído?
Tan severo en mi contra has procedido,
que me persuado de tu duro intento,
a que sólo me diste entendimiento
porque fuese mi daño más crecido.
Dísteme aplausos para más baldones,
subir me hiciste, para penas tales;
y aun pienso que me dieron tus traiciones
penas a mi desdicha desiguales
porque viéndote rica de tus dones
nadie tuviese lástima a mis males.
En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus
semejantes.
Rosa
divina que en gentil cultura
eres, con tu fragante sutileza,
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo sér unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida
de tu caduco sér das mustias señas,
con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!
eres, con tu fragante sutileza,
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo sér unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa presumida,
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida
de tu caduco sér das mustias señas,
con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.
Y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía,
pues entre el llanto que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste,
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu inquietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Fabio: en el ser de todos adoradas,
son todas las beldades ambiciosas;
porque tienen las arras por ociosas
si no las ven de víctimas colmadas.
Y así, si de uno solo son amadas,
viven de la Fortuna querellosas,
porque piensan que más que ser hermosas
constituye deidad las ser rogadas.
Mas yo soy en aquesto tan medida,
que en viendo a muchos, mi atención zozobra,
y sólo quiero ser correspondida
de aquél que de mi amor réditos cobra;
porque es la sal del gusto la ser querida:
que daña lo que falta y lo que sobra.
son todas las beldades ambiciosas;
porque tienen las arras por ociosas
si no las ven de víctimas colmadas.
Y así, si de uno solo son amadas,
viven de la Fortuna querellosas,
porque piensan que más que ser hermosas
constituye deidad las ser rogadas.
Mas yo soy en aquesto tan medida,
que en viendo a muchos, mi atención zozobra,
y sólo quiero ser correspondida
de aquél que de mi amor réditos cobra;
porque es la sal del gusto la ser querida:
que daña lo que falta y lo que sobra.
Resuelve la cuestión de cuál
sea pesar más molesto en encontradas correspondencias, amar o aborrecer.
es dolor sin igual en mí sentido;
más que me quiera Silvio, aborrecido,
es menor mal, mas no menos enfado.
más que me quiera Silvio, aborrecido,
es menor mal, mas no menos enfado.
¿Qué sufrimiento no estará
cansado
si siempre le resuenan al oído
tras la vana arrogancia de un querido
el cansado gemir de un desdeñado?
Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida;
si de éste busco el agradecimiento,
a mí me busca el otro agradecida:
por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y ser querida.
si siempre le resuenan al oído
tras la vana arrogancia de un querido
el cansado gemir de un desdeñado?
Si de Silvio me cansa el rendimiento,
a Fabio canso con estar rendida;
si de éste busco el agradecimiento,
a mí me busca el otro agradecida:
por activa y pasiva es mi tormento,
pues padezco en querer y ser querida.
Feliciano
me adora y le aborrezco;
Lizardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí, ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
pues ambos atormentan mi sentido:
aquéste, con pedir lo que no tengo;
y aquél, con no tener lo que le pido.
Lizardo me aborrece y yo le adoro;
por quien no me apetece ingrato, lloro,
y al que me llora tierno, no apetezco.
A quien más me desdora, el alma ofrezco;
a quien me ofrece víctimas, desdoro;
desprecio al que enriquece mi decoro,
y al que le hace desprecios, enriquezco.
Si con mi ofensa al uno reconvengo,
me reconviene el otro a mí, ofendido;
y a padecer de todos modos vengo,
pues ambos atormentan mi sentido:
aquéste, con pedir lo que no tengo;
y aquél, con no tener lo que le pido.
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.
Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.
Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.
Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
Este, que ves, engaño colorido,
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
que del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
Verde embeleso de la vida humana,
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros, vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros, vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
Alaba el numen poético del Padre
Francisco de Castro, de la Compañía de Jesús, en un Poema heroico en que
describe la Aparición milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe de México, que
pide la luz pública.
La compuesta de flores Maravilla,
divina Protectora Americana,
que a ser pasa Rosa Mexicana,
apareciendo Rosa de Castilla;
La que en vez del dragón —de quien humilla
cerviz rebelde en Patmos—, huella ufana,
hasta aquí Inteligencia soberana,
de su pura grandeza pura silla;
ya el Cielo, que la copia misterioso,
segunda vez sus señas celestiales
en guarismos de flores claro suma:
pues no menos le dan traslado hermoso
las flores de tus versos sin iguales,
la maravilla de tu culta pluma.
divina Protectora Americana,
que a ser pasa Rosa Mexicana,
apareciendo Rosa de Castilla;
La que en vez del dragón —de quien humilla
cerviz rebelde en Patmos—, huella ufana,
hasta aquí Inteligencia soberana,
de su pura grandeza pura silla;
ya el Cielo, que la copia misterioso,
segunda vez sus señas celestiales
en guarismos de flores claro suma:
pues no menos le dan traslado hermoso
las flores de tus versos sin iguales,
la maravilla de tu culta pluma.
Soneto CXLV
Este que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
Éste, en quien la lisonja ha
pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
Es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
|
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero, ¿para qué me enamoras lisonjero, si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía; que aunque dejas burlado el lazo estrecho que tu forma fantástica ceñía, poco importa burlar brazos y pecho si le labra prisión mi fantasía. |
Lisonjero: [persona] Que alaba de forma exagerada y generalmente interesada a alguien para conseguir un favor o ganar su voluntad.
"no siempre las personas lisonjeras son las
que triunfan"
Ceñía: Rueda o máquina simple que se coloca en el curso de un río y que, movida por la acción de la corriente, saca agua para regar.
Labra: Labrado (acción y
efecto de labrar).
"la labra del mármol (o de la piedra en
ocasiones) consigue efectos de sutilísimo refinamiento, especialmente en el
relieve"
Patmos: era una isla
de diez kilómetros de ancho y dieciséis kilómetros de largo. Básicamente era
una roca desierta e inmensa en medio del mar Egeo, ¡y a Juan lo habían dejado
allí indefinidamente!
Ágora:
Plaza pública de las ciudades de la antigua Grecia, que constituía el centro cívico, para la reunión y la asamblea, ycomercial.
Sueño melancólico
‘’Sor Juana Inés de la
Cruz’’
‘’Poemas Mexicanos’’
Editorial 2001 pag.225
Esta antología me gustó
mucho porque Sor Juana Inés de la Cruz escribía unos poemas muy lindos, muy
llamativos y me di cuenta que leer los poemas de ella te despiertan las ganas
de superarte y de llegar a alcanzar tus metas ya que ella logro lo que se
propuso ya que en los tiempos que ya vivía no le permitían a las mujeres
escribir poemas ni leer pero ella hizo lo que pudo y logro alcanzar su meta su
sueño ya que eso me motivo a mí para superarme y seguir leyendo sus poemas ya
que son muy impresionantes.
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